Anatomía equina

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  • PARTES DEL CABALLO

En esta imagen que teneis a continuación podeis distinguir las diferentes partes del cuerpo de un caballo:

  • ESQUELETO

Su esqueleto se compone de 210 huesos individuales, proporcionando sostén a los músculos, protegiendo a su vez los órganos internos, sus componentes poseen la movilidad necesaria para que el animal pueda desplazarse.

Los huesos de las articulaciones se encuentran recubiertos de cartílago, el cual es más blando que el hueso y sustituye los efectos del desgaste en la superficie. La articulación se completa con la cápsula que produce la sinovia, el cual es un líquido articular que lubrica las superficies articulares, reforzando los ligamentos que unen los huesos.

El esqueleto está formado de tal forma que cumple funciones particulares. La superficie del omóplato y las apófisis transversas de las vértebras lumbares poseen un extenso espacio en la inserción de los poderosos músculos que facilitan el movimiento de las patas delanteras y traseras.

El cráneo es relativamente alargado, dejando espacio para los dientes y sus raíces, las órbitas de los ojos se encuentran distantes, dándoles una visión periférica que los alerta a cualquier peligro.

  • PIEL

Está compuesta por tres capas distintas:

– La celular externa, la cual se auto-reemplaza por el desgaste natural

– La subepitelial, la cual alimenta a la externa y donde se encuentran terminaciones sensibles al dolor.

– La subdérmica la cual es la continuación de la subepitelial y su función es la de unir la piel con el hueso o músculos subyacente. En ésta se encuentran los folículos pilosos y las glándulas sudoríparas.

  • CASCOS

Los cascos del caballo estan formados por una substancia parecida a la de la uña de una persona, por lo que éstas les protegen del desgaste que se produce al andar. Está formado en su exterior de una sustancia cornea dentro de la cual se encuentran huesos naviculares y bolillo, almohadilla digital, cartílagos laterales, articulación coronopedal, nervios y vasos sanguíneos.

La capa interna se forma con la tapa, palma, candados y ranilla; debido al constante crecimiento, reemplaza la superficie que pierde debido al desgaste natural.

El cuidado general del casco pasa por su limpieza, tarea a la que se le debe dar la máxima importancia. En la gran mayoría de los casos, la falta de limpieza, junto con la utilización de grasas inadecuadas y camas excesivamente húmedas, son los principales causantes de los serios problemas que todos conocemos en los cascos de nuestros animales.

Por ello es fundamental que la labor de limpieza se realice todos los días, eligiendo para ello como momento más adecuado justo antes de proceder a montar.

Origen del caballo

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Al origen del caballo se le conoce como Eohippus , se calcula que tiene aproximadamente unos 55 millones de años de antigüedad. El fósil de este ejemplar fue descubierto en Norteamérica en 1867 y medía unos 30 centímetros. Tenía almohadillas en las patas (cuatro delante y tres detrás) habitando en las zonas selváticas y en los pantanos. Éste se propagó hacia Europa en el periodo denominado Eoceno .

La especie evolucionó debido a los cambios climáticos, dando como resultado diversos tipos como son:

  1. el Mesohippus (descendiente del Eohippus): tenía tres dedos en cada pata y una dentadura más eficiente que le permitía comer una vegetación más variada, existiendo hace 25 a 40 millones de años.
  2. Miohippus (descendiente del Mesohippus), después el Merychippus , tenía cierto parecido al burro, con la diferencia de que poseía un dedo mayor en el centro, lo cual le ayudaba a alcanzar gran velocidad y recorrer mayores distancias.
  3. El Dinohippus y el Pliohippus fueron las primeras especies que tuvieron los cascos formados, los dedos laterales habían desaparecido, existió hace dos a cinco millones de años. En la era glacial, el número de estos antecesores del caballo fue disminuyendo hasta quedar extintos del continente americano hace aproximadamente unos ocho mil años.

Los ejemplares que sobrevivieron comenzaron a extenderse desde Asia hasta Europa y África siendo los antecesores del caballo que hoy en día conocemos como Equus caballus.